viernes, 20 de enero de 2012

Certificación de Calidad de todos nuestros productos

Polgri recibió el Certificado de Calidad  aprobado por Lloyd's Register Quality Assurance  de acuerdo con la Norma de Gestión de Calidad ISO 9001 - UKAS Management Systems.

Con esto garantizamos la calidad en la gestión de los recursos, realización del producto, desde la atención al cliente hasta la entrega del producto al consumidor final, y el análisis y mejora de los procesos de producción. El objetivo es mejorar continuamente la capacidad de la organización para suministrar productos elaborados en las mejores condiciones de higiene y en su estado optimo para su consumo.

Más información en: http://www.polgri.com/

jueves, 12 de enero de 2012

Lentejas tradicionales



Una de las ventajas de la internacionalización, la globalización, etc. es que es más fácil acceder a la excelencias de la cocina oriental, las delicias hispanas o la cocina más exótica que a nuestros guisos y platos tradicionales. Tanto es así que, acostumbrados a fuertes emociones gastronómicas, los nuestros, los Ferrán Adrià y compañía, se meten en laboratorios para inventar nuevos sabores y texturas.

En defensa de nuestras lentejas

Y con estas, nos estamos olvidando de nuestras insuperables lentejas, el preciado cocido, las habichuelas -sean en fabada o unas alubias con arroz-, un contundente gazpacho manchego y tantos otros guisos tradicionales... Auténticas joyas de la cocina española de siempre. Dicho de otra forma, quizás hoy Esaú ya no cedería a Jacob los derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Cabe el temor que lo hiciera por una hamburguesa, una pizza o unos canelones rossini.

No tengo nada contra las pastas. Me parecen sanas y deliciosas, grandes aliadas para complacer fácilemente a mis hijos. Pero ¿se han parado a pensar lo que lleva un plato de lentejas... ¿Qué hubiera siso de Esaú si no hubiera tomado ese plato de lentejas? Es difícil saberlo, pero las lentejas tienen hierro, ese mineral que ayuda a formar las proteínas de los músculos, las células rojas, y huesos saludables y combate la anemia. Indispensable para adolescentes, mujeres (debido a la pérdida de hierro durante la menstruación) y en general para todos.

La receta de mi madre se la enseñó mi abuela. Hace las lentejas de siempre con un hueso de buen jamón y les echa muchas verduras: pimientos rojos, setas, alcachofas, zanahoria, puerros... y ajo. Verduras con saludables antioxidantes y las propiedades del ajo. El ajo es milagroso; a los mil remedios que recurrían al ajo para curar todo se unen recientes investigaciones que muestran que el ajo ayuda a reducir los riesgos de contraer cáncer por sus contenidos antioxidantes como la allicina, la quercitina... ¿Hay algo mejor?

Recuerde, de vez en cuando, un buen plato de lentejas tradicionales, las de siempre.

martes, 10 de enero de 2012

Alimentos enlatados, seguros y muy nutritivos

Los alimentos enlatados ofrecen muchas ventajas, son nutritivos, duraderos y se pueden consumir fuera de temporada, además las latas que se utilizan permiten conservarlos sin ningún riesgo.

Los alimentos que consumimos se presentan en formas diferentes, naturales, procesados, enlatados, envasados, empaquetados, deshidratados o congelados. Lo importante es saber cuáles son los más nutritivos y cómo conservan sus características nutricionales, para poder elegir mejor.
Los alimentos enlatados, tienen muchas ventajas en la vida moderna, sin embargo, su aspecto nutricional ha sido subestimado por muchos años y contrariamente a lo que la mayoría de los consumidores piensan, conservan su valor nutricional sin alteraciones, además de tener muchas ventajas sobre los alimentos frescos, los que sin duda constituyen la mejor opción, si sus condiciones son las adecuadas.
Las frutas y verduras frescas deben ser consumidas en el menor tiempo posible posterior a la cosecha, ya que pierden vitaminas después de pocos días, incluso almacenados a temperatura recomendada en un refrigerador.
Esta pérdida de nutrimentos se acentúa cuando en casa, las frutas y verduras son sometidas a un proceso poco adecuado de preparación, por ejemplo, cuando son cortadas de forma muy fina, cuando son sometidas a procesos de cocción por largo tiempo, en recipientes destapados y con una cantidad de agua no apropiada.
Esto mismo sucede con las carnes, pollo y pescados, que además al ser cocinados, refrigerados y vueltos a calentar pierden todavía más la cantidad de nutrimentos disponibles.
Por otra parte, es importante considerar tener una buena higiene en la preparación de los alimentos ya que se pueden contaminar con mucha facilidad y ocasionar enfermedades gastrointestinales. Todo esto conlleva a dedicar gran cantidad de tiempo en la adecuada selección, manejo y preparación de los alimentos que vamos a ofrecer a nuestra  familia, tiempo que hoy en día casi no disponemos por las ocupaciones laborales o por las complicaciones que ofrecen ahora las grandes ciudades.
Los alimentos enlatados ofrecen una buena alternativa para consumir alimentos nutritivos, ya que son cultivados y elegidos minuciosamente  cumpliendo con todas las especificaciones y estándares de calidad, además son almacenados bajo estrictas normas de higiene y son envasados sólo en el momento idóneo en el que el producto se encuentra en el grado de maduración y conteniendo la mayor cantidad de atributos nutrimentales.
En el enlatado, el tiempo entre la cosecha, el transporte y el procesamiento de los alimentos es relativamente corto y ésta es una de las principales razones por las que el alto valor nutritivo se mantiene, es un excelente medio para conservar los alimentos en forma estable ya que protege las vitaminas y minerales, porque son cocinados a la temperatura exacta y el tiempo adecuado.
Una vez que se ha enlatado el alimento, la pérdida de nutrimentos se detiene y se conservan debido a la ausencia del contacto con el medio ambiente y además es una manera fácil y segura de agregar vitaminas y minerales a la dieta. En algunos alimentos, como el puré de tomate, aumenta la disponibilidad de algunos nutrimentos como los licopenos, sustancias propias de este alimento y con cualidades benéficas que puede proteger contra el cáncer y por ser antioxidante también protege contra enfermedades cardiovasculares.
Los alimentos enlatados son alimentos frescos, que han sido cocinados y colocados en un envase con un recubrimiento interno de grado alimenticio que protege al alimento, es por ello que no existe ningún peligro al consumir un alimento contenido en una lata que ha sufrido por alguna razón alguna abolladura, a menos que esté inflada, explote al abrirla o presente óxido.
Las latas son cerradas herméticamente y sometidas a un proceso de calentamiento uniforme, por lo tanto, no se necesitan aditivos y pueden consumirse de forma segura y confiable. Tienen una vida de almacenamiento más larga que cualquier empaque de otro material y no necesitan consumir grandes cantidades de energía durante la refrigeración. Los envases de acero no son tóxicos y no afectan el sabor ni la calidad del contenido. Las latas son impenetrables a la humedad, gases, luz y a los olores por lo que los alimentos enlatados son los que se conservan en óptimo estado por más tiempo.
Los alimentos enlatados no llevan conservadores químicos, porque son conservados gracias al cierre hermético y al proceso térmico a los que son sometidos. Las cantidades de sal y azúcar utilizadas son controladas cuidadosamente de acuerdo a las recomendaciones generales para consumo humano, lo que en muchas ocasiones no sucede en la casa cuando preparamos alimentos y no contamos con la medida exacta.
Muchos productos alimenticios enlatados están disponibles en presentaciones con poca sal y sin sal (muy convenientes para personas hipertensas). En cuanto a problemas de obesidad, es posible llevar una alimentación sana y balanceada con base en alimentos enlatados (atún, verduras, etc.). 
En México los procesos de enlatado son regulados de manera obligatoria por la Norma Oficial Mexicana emitida por la Secretaría de Salud lo que garantiza que el alimento sea manipulado y preparado en óptimas condiciones de calidad e higiene.            
En resumen, los alimentos enlatados:
  • Son completamente seguros.
  • Sanos
  • Con todas las propiedades nutritivas.
  • Con posibilidad de identificar en todo momento el origen del producto.
  • No necesitan refrigeración o congelación para su almacenamiento, lo que supone un ahorro de energía.
  • Con una duración óptima que se prolonga durante años.
  • Con una amplísima gama de productos.
  • Con un envase (la lata de acero) totalmente reciclable. 

lunes, 2 de enero de 2012

Conservas caseras

Preparar conservas caseras es una manera muy fácil y sana de consumir alimentos fuera de temporada. En este blog os mostraremos cómo hacer conservas caseras de una forma sencilla.
Las conservas hechas en casa permiten mantener muchas de las vitaminas, proteínas y nutrientes de los alimentos. Algunas vitaminas se pierden, pero se conservan muchas otras y los jugos de cocción conservan las sales minerales de las verduras y frutas.
En su origen, las conservas fueron una forma de prolongar la vida útil de los alimentos, que no siempre estaban disponibles. El primer conservante natural fue el frio. En el Neolítico, los humanos aprendieron que la parte más fresca de las cuevas era el mejor sitio para almacenar la comida. Más tarde se descubrió el ahumado y el secado de alimentos con el sol y el aire. El siguiente paso fue la salación.
Pero el gran desarrollo de la industria y la técnica de las conservas se dió con el descubrimiento de la esterilización o “pasteurización” en 1863 por Louis Pasteur.
A pesar de todos los avanzces en la higiene, hoy en día sigue siendo muy importante tomar una serie de precauciones en la elaboración de las conservas caseras.
  • Recipiente: lo ideal es utilizar un tarro de cristal. No hay problema en reutilizar los tarros de aceitunas, tomate, mermelada… Pero no es aconsejable reutilizar las tapas. Hay que asegurarse de que estén en buen estado, sin óxido ni golpes ni restos de humedad. Lo mejor en todo caso es comprar unas nuevas. Antes de utilizar tanto botes como tapas, es imprescindible esterilizarlos, por ejemplo hirviéndolos durante 15 minutos, y escurrirlos teniendo cuidado de no tocar el interior.
  • Es aconsejable no llenar del todo los tarros, dejar unos dos centímetros para que el alimento pueda expandirse en su interior tras la cocción.
  • Los tarros se cierran con cuidado, con la ayuda de un paño para lograr más presión, y se ponen al baño maría, cuidando que el agua no llegue hasta la tapa. El tiempo que dejaremos hervir los tarros dependerá del producto.
  • Los alimentos a conservar deben estar suficientemente maduros (aunque con la fruta es mejor que no sea muy madura) y deben de ser de temporada para aprovechar mejor sus cualidades.
  • Cuando termina la cocción, dejar enfriar los tarros en la olla. Una vez fríos, comprobaremos con la mano que estén cerrados herméticamente. Si alguno pierde líquido o queda abierto, es mejor tirarlo.
  • Antes de almacenarlos, hay que etiquetarlos siempre con la fecha de elaboración.
  • Las conservas hay que guardarlas en un lugar sin luz, fresco y ventilado.
  • Las conservas caseras se deben consumir antes de un año.